El retorno a la democracia con el
segundo gobierno de Fernando Belaunde trajo muchos cambios necesarios en la
coyuntura social del país. El Perú fue por mucho tiempo un país de políticas
socialistas, y la democracia vino acompañada con reformas liberales que, si
bien fueron necesarias para asegurar el desarrollo económico y social sostenido
y viable del Perú, causaron inestabilidad en el ámbito socioeconómico. Siendo
coincidentemente acompañadas por el fenómeno del niño en el 82 y la caída de
los precios de los metales, la economía peruana se resintió. Surgieron al mismo
tiempo grupos terroristas de extrema izquierda que se resistían a estas
reformas liberales. Aunque el Perú ya era un país urbano, las diferencias sociales eran
evidentes y las oportunidades estaban limitadas a ciertas ciudades a causa de
la centralización. Sin embargo, la migración a estas ciudades solo contribuyo a
aumentar su importancia y desviar la atención del estado de las zonas menos
beneficiadas. La introducción del Perú al mercado internacional significó un
golpe a la industria, pero un mayor acceso a productos importados, por lo que
la calidad de vida debió incrementarse.
Las reformas económicas de Alan
tenían como objetivo estimular la economía para salir de la recesión que había
causado el retorno a la economía liberal y las otras eventualidades. No
obstante, estas reformas eran de corte populista: los precios se congelaron,
haciendo más barata la vida, y los sueldos se alzaron, permitiendo a las
personas mayor capacidad de gasto. La recepción a estos cambios fue obviamente
positiva, y el Perú de hecho experimento un crecimiento económico
significativo, por lo que se esperaba lo mejor del gobierno de Alan García; sin
embargo, estas políticas eran de suma dependencia del capital del estado, y
este último no percibía mayor ganancia a partir de las reformas. Lo que llegó
después fue la devaluación del inti y la crisis económica que todos los
peruanos recuerdan con recelo, acompañada por la cruel actividad terrorista en
la sierra, que no obstante retrocedió por primera vez gracias a la cooperación
del Ejército con las comunidades en vez de su total abuso en las épocas de Belaúnde.
Por otro lado, la inflación y la crisis se acentuaron y el Perú llego a niveles
críticos con la Hiperinflación. Todo evidenciaba un mal manejo de la economía y
la extrema confianza en inversiones que nunca llegaron. Los más afectados
fueron las clases bajas, que otra vez se sentían traicionadas y desamparadas,
habiendo perdido todo lo que tenían. Este fue un periodo de verdadera convulsión
social, que cansó a la población rural y la despojó de lo poco que tenía,
promoviendo aún más la migración a la ciudad.
El Gobierno de Fujimori trajo
muchos cambios consigo, uno de los más importantes fue el Fujishock, que puso a
flote a la economía peruana una vez más, pero con el caro precio del desempleo,
alzas en los precios y el descenso en los sueldos que el pueblo sufrió cuando
se acabaron los subsidios. Sin embargo, en poco tiempo se lo agradecerían, ya
que el Perú retornó al desarrollo económico gracias a las reformas neoliberales
y el cambio al nuevo sol, y la población finalmente podía descansar estando
segura de su futuro económico. Durante su gobierno se logró poner fin a la gran
parte de actividad terrorista con la captura de los líderes de Sendero
Luminoso, y aunque el MRTA tomara la residencia del embajador de Japón en 1997,
para fines de 1992, el terrorismo ya se había debilitado y había perdido sus capacidades.
Fujimori uso al grupo Colina para atemorizar a los terroristas, y muchos lo
acusan de haber transgredido los derechos humanos, pero la gran parte de los
afectados por el terrorismo habrían estado a favor de medidas drásticas, pues
los terroristas no dudaban en proceder de la misma manera, inspirando miedo y
desesperanza en la población vulnerable. También se mostró aprobación cuando Fujimori
cerro el congreso ye inicio un gobierno de emergencia, que promulgaría una
nueva constitución. Una vez resueltos los problemas que más afectaban a la
nación, se empieza a gestar la sociedad de hoy en día. Es importante recalcar
que persistían problemas de toda la historia del Perú, en especial la falta de educación,
sanidad y otros servicios. Cuando Fujimori trato de reelegirse por segunda vez,
la gente empezó a mostrar su desaprobación, pues ya se revelaban sus
intenciones de perpetuarse en el poder, y no se mostraban mejorías
significativas en la economía y en la sociedad. Después de los escándalos de los
vladivideos, Fujimori estaba acabado. En su mandato, Fujimori hizo algunas
cosas que otros no habían tenido el valor de hacer. La gente tiene un buen
recuerdo de él por haberle puesto fin al terrorismo y a la crisis económica.
Sin embargo, nada justifica la corrupción de su segundo gobierno y sus
intenciones de establecerse en el poder de la nación.
Antonio Canales
Antonio Canales
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